Misioneras Siervas del Espíritu Santo

Región Nuestra Señora de Guadalupe México

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DOMUND 2024

20 de octubre celebramos DIA MUNDIAL DE LAS MISIONES.

“¡Vayan e inviten!”.                                                                                                      

  La misión como un incansable ir e invitar a la fiesta del Señor

El Papa Francisco en su mensaje para el DOMUND 2024, nos invita a salir e invitar a todos al banquete (cf. Mt.22,9). Se basa en el texto del Evangelio según San Mateo, capítulo 22, versículos del 1 al 14, que presenta la parábola del banquete. Un rey invita a las personas elegidas a la boda de su hijo, estos por diferentes excusas no acuden a la fiesta, entonces manda a sus servidores a salir a las calles e invitar a todos que encuentren. En varias ocasiones el papa ha dicho: “La Iglesia es en salida o no es Iglesia”. Se puede reflexionar y discutir qué significan estas palabras.

En la primera parte de su mensaje titulado “¡Vayan e inviten!”, el papa Francisco presenta la misión como “un incansable ir e invitar a la fiesta del Señor”. Desde el título hay una motivación para la acción, para moverse y poner en práctica las palabras del Evangelio. No es una invitación nueva, en muchos escritos el papa habla de la Iglesia Católica como: “Iglesia que se mueve”, “que hace opción por los últimos, “que va a la periferia”, “que sale de sí misma”, “que anda por la calle», “Iglesia inclusiva, “no excluyente”, “que no vive para sí misma, “Iglesia enteramente misionera” (Gómez Cerda J., 2024). Estas palabras son claves, presentan una visión de una Iglesia viva, auténtica, que responde a las necesidades del pueblo, que se preocupa por todos, también de las ovejas perdidas, olvidadas, que si no se les invita – solas no van a buscar y no van a encontrar el camino hacia Dios.

La Iglesia desde su naturaleza es misionera, todos los bautizados tenemos la responsabilidad de compartir la Buena Nueva, la noticia que “tanto Dios amó al mundo que dio su Hijo Único, para que quien cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn. 3, 16). La pregunta es: ¿cómo se debe hacer? Ya no es tiempo de sentarnos y esperar que la gente venga a la Iglesia y nos haga preguntas sobre Dios.  Hoy, hablamos de una Iglesia en salida, de los misioneros que no se quedan parados sino salen al encuentro del otro. Para que la invitación llegue a los más necesitados – hay que salir a las calles, a los barrios, ir con los que esperan y con los que no lo hacen, pues se alejaron demasiado y no quieren escuchar nada. El orden de las palabras es, primero: “vayan “, y el segundo: “inviten”. Para invitar – primero hay que salir, la invitación sin salir no llega lejos.

 

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